Francisca Guarch Folch

Francisca Guarch Folch
Biografia
Naixement	4 octubre 1855 ; Castellfort (els Ports)
Mort	30 desembre 1903 (48 anys)
Altres noms	El valencianet
Religió	Catolicisme
Activitat
Ocupació	pagesa, voluntari militar
Carrera militar
Lleialtat	Carlisme
Conflicte	Tercera Guerra Carlina ; alçament de Badalona
Premis
	(6 octubre 1873) Creu del Mèrit Militar amb distintiu vermell ;

Francisca Guarch Folch (Castellfort, 1857 - 30 de desembre del 1903) va ser una voluntària carlina coneguda com l'heroïna de Castellfort que, fent-se passar per home, lluità amb les forces del capitost empordanès Barrancot durant la tercera guerra carlina a Catalunya.^[1]

Biografia

Coneguda entre els seus companys com el valencianet, donà proves de gran valor i lleialtat a la causa fins que, localitzada pel seu pare a Prats de Lluçanès, fou forçada a deixar les armes i refugiar-se a França. Més tard, Doña Blanca la condecorà a Borredà. L'episodi va ser recollit per la mateixa Infanta Maria de les Neus de Bragança a les seves memòries,^[2] així com en les del novel·lista i pintor Marià Vayreda, que en fou company d'armes.^[1]

La llegenda refereix que protagonitzà diversos fets heroics en el camp de batalla, que va afusellar un criminal presoner i que arribà a festejar un parell de dones a Amer.

No és res estrany que, pel seu esperit aventurer, i com assenyalen algunes fonts, participara en la conspiració de Badalona de 1900.^[1]

Referències

↑ ^1,0 ^1,1 ^1,2 Diccionari biogràfic de dones. «Francisca Guarch Folch (l'heroïna de Castellfort)». Xarxa Vives d'Universitats (CC-BY-SA via OTRS). Arxivat de l'original el 4 de març 2016. [Consulta: 24 setembre 2015].
↑ ''(...) Un día se nos presentó un hombre del Maestrazgo y nos pidió, con mucha insistencia, que le devolviéramos a su hija, que servia, decía él, en nuestras filas. Al principio le creímos loco y le aseguramos que no había mujeres en nuestras tropas, pero él insistió, y nos dijo que su hija tenia dieciséis años y se llamaba Francisca Guarch, vecina de Castellfort, provincia de Tarragona. Nos contó que había desaparecido de su hogar, sin dejar traza de adonde se fuera. (...) los padres de la joven recibieron una carta suya, en la que les decía que estaba con los carlistas; que como estos se batían por la Religión, también las mujeres debían tomar parte en esta defensa. La chica no indicaba con que fuerzas iba (...). Alfonso dijo a aquel hombre que mandaría formar la fuerza, y que entonces podía pasar la revista (el padre), y si encontraba allí a la chica, llevársela con él. Así se hizo, y vio el feliz padre a su Francisca convertida en voluntario carlista. Poco después se hallaba la joven heroína en nuestra presencia. Estaba desconsolada, porque ahora, ¡adiós filas!, ¡adiós batirse por la Religión!, único motivo por el que dejó su casa. (...) Tenía una fuerza extraordinaria para su edad. En un combate llevo durante horas (...) un herido a hombros. Se distinguió siempre por su buen comportamiento y su gran valor. (...) ¡Pobre Francisca! ¡Cuantas lágrimas le costó dejar su fusil, renunciar a dispararle más contra los enemigos de dios y en defensa de todo lo bueno! ¡Qué dolor el abandonar su uniforme! Antes del triste momento de despojarse de él prendí en su pecho la Cruz del Mérito Militar, que acababa Alfonso de conferirle. (...) El quedar en España era demasiado expuesto para Francisca; así que la mandamos a Francia, a Perpiñán (...)

Bibliografia

Vayreda, Marian. Records de la darrera carlinada. Barcelona: L'Avenç, SL, 2003. ISBN 84-88839-13-8.

De Braganza y Borbón, María de las Nieves. Mis memorias. Sobre nuestra campaña en Cataluña en 1872 y 1873 y en el centro en 1874. Segunda parte. Madrid: Espasa-Calpe, S.A., 1938.

[dd-1] 1,0 ^1,1 ^1,2 Diccionari biogràfic de dones. «Francisca Guarch Folch (l'heroïna de Castellfort)». Xarxa Vives d'Universitats (CC-BY-SA via OTRS). Arxivat de l'original el 4 de març 2016. [Consulta: 24 setembre 2015].

[2] ''(...) Un día se nos presentó un hombre del Maestrazgo y nos pidió, con mucha insistencia, que le devolviéramos a su hija, que servia, decía él, en nuestras filas. Al principio le creímos loco y le aseguramos que no había mujeres en nuestras tropas, pero él insistió, y nos dijo que su hija tenia dieciséis años y se llamaba Francisca Guarch, vecina de Castellfort, provincia de Tarragona. Nos contó que había desaparecido de su hogar, sin dejar traza de adonde se fuera. (...) los padres de la joven recibieron una carta suya, en la que les decía que estaba con los carlistas; que como estos se batían por la Religión, también las mujeres debían tomar parte en esta defensa. La chica no indicaba con que fuerzas iba (...). Alfonso dijo a aquel hombre que mandaría formar la fuerza, y que entonces podía pasar la revista (el padre), y si encontraba allí a la chica, llevársela con él. Así se hizo, y vio el feliz padre a su Francisca convertida en voluntario carlista. Poco después se hallaba la joven heroína en nuestra presencia. Estaba desconsolada, porque ahora, ¡adiós filas!, ¡adiós batirse por la Religión!, único motivo por el que dejó su casa. (...) Tenía una fuerza extraordinaria para su edad. En un combate llevo durante horas (...) un herido a hombros. Se distinguió siempre por su buen comportamiento y su gran valor. (...) ¡Pobre Francisca! ¡Cuantas lágrimas le costó dejar su fusil, renunciar a dispararle más contra los enemigos de dios y en defensa de todo lo bueno! ¡Qué dolor el abandonar su uniforme! Antes del triste momento de despojarse de él prendí en su pecho la Cruz del Mérito Militar, que acababa Alfonso de conferirle. (...) El quedar en España era demasiado expuesto para Francisca; así que la mandamos a Francia, a Perpiñán (...)

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[2]