Usuari:Isacultrera/Decir casi lo mismo
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Autor | Umberto Eco |
Publicació | 2003 |
Edició en català | |
Traductor | Helena Lozano Miralles |
Decir casi lo mismo, subtitulado La Traducción Como Experiencia, es una colección de ensayos de Umberto Eco, publicada en 2003 por la editorial italiana Bompiani, sobre las teorías de la traducción, que parten de la experiencia personal de Umberto Eco como traductor, editor de traducciones de otras personas, o como autor traducido por otros.
La obra se basa en conferencias y seminarios celebrados en las universidades de Toronto, Oxford y Bolonia, así como en otros estudios y reflexiones: desde la introducción a los Ejercicios de Estilo de Raymond Queneau (traducida en 1983), hasta la de Sylvie de Gérard de Nerval (traducida en 1999), pasando por La Búsqueda de la Lengua Perfecta (1993), y la introducción a la traducción trilingüe de Anna Livia Plurabelle de James Joyce (en la serie "Escritores traducidos por escritores" de Einaudi, 1996), hasta artículos escritos para la revista "VS" (n. 82, 1999 y n. 85-87, 2000).
Aunque no pretende ser un estudio final y conclusivo sobre un problema que sigue siendo pendiente, el libro no se basa en trabajos esporádicos, sino que refleja una larga actividad crítica y semiótica. En este sentido se acerca a una autobiografía científica y parcial del autor: evita el problema de los lenguajes clásicos, apenas toca el de la adaptación entre diferentes medios de comunicación - como desde la novela al cine - y habla del trabajo editorial y de la actividad de enseñanza, no solo por medio de anécdotas.
Entre los eruditos de referencia encontramos Louis Hjelmslev (con las categorías de "forma" y "sustancia"), Algirdas Julius Greimas, Roman Jakobson y los formalistas rusos, Charles Sanders Peirce (con el concepto de "interpretante") y en general la hermenéutica relacionada a Hans-Georg Gadamer, Lawrence Venuti (por los conceptos de "domesticating" y "foreignizing"), George Steiner (con su pionero ensayo Después de Babel. Aspectos del lenguaje y la traducción.) y muchos otros.
Entre los autores utilizados como ejemplos, además de los antes mencionados, encontramos Charles Baudelaire, Carlo Collodi, Dante Alighieri, Alessandro Manzoni, Eugenio Montale, Edgar Allan Poe y la Biblia.
Como nace este libro
[modifica]Este libro recoge los escritos elaborados en varios seminarios en los que participó Umberto Eco, entre 1997 y 2002, en universidades italianas y extranjeras, como profesor visitante.
- 1997 - Universidad de Bolonia, Seminario para el doctorado en Semiótica
- 1998 - Universidad de Toronto, Conferencias Goggio
- 1999 - Universidad de Bolonia, Seminario para el doctorado en Semiótica
- 2002 - Universidad de Oxford, Conferencias de Weidenfeld, "Translating and being translated[1]"
Los dos seminarios de Bolonia tuvieron la traducción intersemiótica como tema principal. En esas ocasiones, durante las distintas intervenciones, Umberto Eco no se encontró de acuerdo con los doctorandos y los colegas en lo que atañe a las relaciones entre «traducción propiamente dicha» y traducción denominada «intersemiótica».[2] Ésta controversia se desarrolla en las páginas de este libro, así como los estímulos y los alicientes que él recibió durante los seminarios[2].
1998 fue el año en que Eco empezó a reelaborar sus ideas sobre el tema, y los resultados de aquellas conferencias se publicaron posteriormente en el volumen Experiences in Translation[3] (Eco, 2001, University of Toronto Press).
Por fin, en 2002, durante la conferencia en Oxford, Eco desarrólo definitivamente una noción de traducción como negociación[3].
Pues, este libro retoma los escritos elaborados en estas ocasiones, con muchas divagaciones nuevas y nuevos ejemplos, aun manteniendo un tono de conversación. Pero puesto que el punto de partida son las experiencias personales y dos series de conversaciones, este libro no se presenta como un libro de teoría de la traducción (ni tiene su sistematicidad) por la sencilla razón de que no toma en consideración un sinnúmero de problemas traductológicos[4].
En Decir Casi Lo Mismo Umberto Eco, habla de traducción partiendo de problemas concretos que en su mayor parte atañen a sus escritos, limitándose a esbozar soluciones teóricas sólo sobre la base de experiencias in corpore vili.[5]. Además, todo comienza desde su necesidad básica - en el curso de sus experiencias como autor traducido - entre de que la versión fuera «fiel» a lo que había escrito y el descubrimiento excitante de cómo, en el instante en que se decía en otra lengua, el texto podía (es más, a veces debía) transformarse[4].
Las principales teorias de traducción
[modifica]El concepto de Equivalencia
[modifica]La equivalencia es un concepto central en la traducción, y Umberto Eco habla mucho de la noción de «equivalencia de significado» en su obra. En principio, podríamos decidir que los que son equivalentes en significado, tal como nos dicen los diccionarios, son los términos sinónimos. Pero enseguida nos damos cuenta de que precisamente la noción de sinonimia plantea serios problemas a cualquier traductor[6]. Desde un punto de vista puramente lexical, hay palabras que se pueden considerar sinónimos (como por ejemplo father, père, padre, daddy, papà, etc). Sin embargo, sabemos perfectamente que hay varias situaciones en las que father no es sinónimo de daddy[6], y entonces debemos renunciar a la idea de que traducir significa sólo «transferir o verter de un conjunto de símbolos en otro[7]»[8].
Eco afirma que, en términos teóricos, hay casos donde la equivalencia referencial no coincide con la equivalencia connotativa, que atañe a la manera en que palabras o expresiones complejas pueden estimular en la mente de los oyentes o de los lectores las mismas asociaciones y reacciones emotivas[6].
En este sentido, para reproducir el mismo efecto, no sólo se pueden - según Eco - abandonar conceptos ambiguos como semejanza de significado, equivalencia y otros argumentos circulares, sino también la idea de una reversibilidad puramente lingüística[9]. Un traductor puede ofrecer una reversibilidad también a nivel gráfico, tanto en términos de puntuación como de otras convenciones editoriales[10], por que la reversibilidad no es necesariamente léxica o sintáctica, sino que puede concernir a modalidades de enunciación[11].
Una traducción optimal es la que permite mantener como reversibles el mayor número de niveles del texto traducido, y no necesariamente el nivel meramente léxico[12]. En este respecto, hoy en día se habla más de “equivalencia funcional[13]”, donde una traducción (sobre todo en el caso de textos con finalidad estética) debe producir el mismo efecto que pretendía el original. En ese caso, se habla de igualdad del valor de intercambio, que se convierte en una entidad negociable[14].
El concepto de Negociación
[modifica]Para desarrollar el concepto de negociación, Eco parte de la noción teórica de la "imposibilidad de traducción", que aspira a una pureza de la cual la experiencia puede prescindir[15]. Pero la pregunta que se pone Eco es ¿de qué puede prescindir la experiencia y hasta qué punto? De ahí la idea de que la traducción se basa en procesos de negociación, siendo la negociación, precisamente, un proceso según el cual, para obtener una cosa se renuncia a otra, y al final, las partes en juego deberían salir con una sensación de razonable y recíproca satisfacción[15].
El traductor actúa como negociador, y en tales negociaciones no siempre está previsto el consentimiento explícito de las partes[16]. Debe negociar con el fantasma de un autor a menudo fallecido, con la presencia vigorosa del texto fuente, con la imagen aún indeterminada del lector para el que está traduciendo, y a veces, debe negociar también con el editor.[17]
La negociación es un compromiso, y por eso tenemos que aceptar que cada traducción presenta unos márgenes de infidelidad con respecto a un núcleo de presunta fidelidad, pero la decisión sobre la posición del núcleo y la amplitud de los márgenes depende de las finalidades que se plantea el traductor[18].
El concepto de Interpretación y Significado
[modifica]La noción de interpretación es un concepto que Umberto Eco ha tratado también en otras obras, como Lector in fabula (1969) o Los límites de la interpretación (1990). Según Eco, la traducción es una de las formas de la interpretación y que debe apuntar siempre, aun partiendo de la sensibilidad y de la cultura del lector, a reencontrarse no ya con la intención del autor, sino con la intención del texto, con lo que el texto dice o sugiere con relación a la lengua en que se expresa y al contexto cultural en que ha nacido[19]. Para obtener el sentido profundo y el efecto conclusivo de un texto, es necesario resolver los problemas de traducción en niveles de interpretación intermedia[20].
Pero la interpretación depende también del significado de un enunciado, por que las palabras adoptan significados distintos según el contexto[21]. Nosotros atribuimos a las palabras un significado en la medida en la que los autores de diccionarios han establecido definiciones aceptables. Pero estas definiciones conciernen a muchos posibles sentidos de un término antes de que éste sea insertado en un contexto y hable de un mundo.[22] Para hacer una traducción, es necesario entender el sentido que las palabras adquieren de verdad una vez articuladas en un texto.
Este concepto está vinculado a la semiótica inspirada en Charles Sanders Peirce que afirma que para establecer el significado de un signo es necesario sustituirlo con otro signo o conjunto de signos, que a su vez es interpretable por otro signo o conjunto de signos, y así en adelante ad infinitum (C. P. 2.300)[20]. Sin embargo, precisamente una noción tan amplia nos dice que, si una traducción es ciertamente una interpretación, no siempre una interpretación es una traducción[23] y por lo tanto, para traducir, no basta con producir un interpretante del término, del enunciado o del texto original[24].
Diferencias en la traducción castellana
[modifica]El texto italiano del ensayo presenta numerosos y extensos ejemplos en varias lenguas: italiano, inglés, aleman, francés y castellano, donde el autor pone en marcha un proceso que guía el lector hacia el descubrimiento del discurso teórico, lo invita a indagar por su cuenta, a examinar cada ejemplo de forma activa y crítica[25]. Por eso, la traducción de todos estos ejemplos multilingüe planteaba - a la hora de traducir - problemas de economía textual, de ruptura de los numerosos ritmos que configuran el texto original.[25]
Para la versión en castellano, entonces, se han adoptado estrategias ad hoc para cada apartado del texto, intentando seguir una lógica traductora funcional al discurso, que aspira a mantener tanto la complejidad textual como un ritmo de lectura que garantice los mismos tiempos de «procesamiento» empleados en la comprensión del texto italiano y las modalidades de apropiación de semejante carga de comprensión[25].
En general, los ejemplos en inglés, alemán y francés no han sido traducidos, mientras que todo lo relativo al italiano o ha sido traducido o ha sido «acompañado».[25] En otras circunstancias, la traductora, Helena Lozano Miralles, ha decidido ampliar el texto dando cabida (en el cuerpo del texto o en nota) a prácticas traductoras análogas en castellano sin la canónica indicación de «Nota de la traductora» (siempre por una cuestión de ritmo de lectura). En algunos casos, se ha optado por una compaginación que permita una lectura de una forma sinóptica de los ejemplos más largos, allá donde parecía importante mantener el italiano junto a una versión en castellano, o donde era importante resaltar la efectividad de estrategias traductoras opuestas.[25]
El autor y sus estudios de traducción
[modifica]Umberto Eco empezó a ocuparse teóricamente de problemas de traducción por primera vez en 1983, al explicar cómo había traducido los Ejercicios de Estilo de Queneau. Durante la traducción en Italiano de esta obra, en 1983, Eco señaló que las limitaciones de la traducción daban lugar a un nuevo placer: «Entonces sé el placer que es sufrir por una frase que te resiste, que debe ser traicionada respetando las intenciones de su autor»[26]. Pero fue solo en los años noventa que Eco empezó realmente a interesarse a los aspectos teóricos de la traducción, después de haber pasado décadas traduciendo varias obras. Sus intereses teóricos fueron estimulados por las dos memorias, de licenciatura y de doctorado, de Siri Nergaard y por la preparación, en 1993 y 1995, de los dos volúmenes antológicos que recopiló para una colección[3] que Eco dirigió personalmente.
Citas
[modifica]«Decir casi lo mismo es un procedimiento que se inscribe [...] bajo el epígrafe de la negociación.» Introducción, pág. 9
«La mala suerte de cualquier teoría de la traducción es que debería partir de una noción comprensible (y férrea) de "equivalencia de significado", mientras que lo que suele pasar es que en muchas páginas de semántica y filosofía del lenguaje se define el significado como lo que permanece inalterado (o equivalente) en los procesos de traducción. Círculo vicioso como pocos.» Capítulo 1, pág. 20
«A veces el texto traducido debe transportar al lector al mundo y a la cultura en que se escribió el original.» Capítulo 3.1, pág. 48
«Se negocia el significado que la traducción tiene que expresar porque se negocia siempre, en la vida cotidiana, el significado que debemos atribuir a las expresiones que usamos» Capítulo 4.2, pág. 65
«Traducir significa siempre limar algunas de las consecuencias que el término original implicaba. En este sentido, al traducir, no se dice nunca lo mismo» Capítulo 4.3, pág. 70
«La fidelidad es, más bien, la tendencia a creer que la traducción es siempre posible si el texto fuente ha sido interpretado con apasionada complicidad, es el compromiso a identificar lo que para nosotros es el sentido profundo del texto, y la capacidad de negociar en todo momento la solución que nos parece más justa.» Capítulo 14.5, pág. 281
Referències
[modifica]- ↑ https://gazette.web.ox.ac.uk/6-june-2002-no-4626
- ↑ 2,0 2,1 Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Introducción, pág. 9
- ↑ 3,0 3,1 3,2 Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Introducción, pág. 9
- ↑ 4,0 4,1 Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Introducción, pág. 12.
- ↑ Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Introducción, pág. 11
- ↑ 6,0 6,1 6,2 Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Capítulo 1, pág. 21
- ↑ Eco (1998: 37)
- ↑ Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Capítulo 1, pág. 22
- ↑ Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Capítulo 3, pág. 60
- ↑ Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Capítulo 3, pág. 48
- ↑ Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Capítulo 3, pág. 48
- ↑ Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Capítulo 3.2, pág. 52
- ↑ Cfr. Mason (1998) y Vermer (1998)
- ↑ Kenney (1998:78)
- ↑ 15,0 15,1 Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Introducción, pág. 14
- ↑ Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Introducción, pág. 15
- ↑ Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Capitulo 14, pág. 267
- ↑ Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Introducción, pág. 13
- ↑ Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Introducción, pág. 13.
- ↑ 20,0 20,1 Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Capítulo 4.1, pág. 62
- ↑ Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Capítulo 1.1, pág. 23
- ↑ Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Capítulo 2.2, pág. 34
- ↑ Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Capítulo 4.1, pág. 65
- ↑ Umberto Eco, Decir Casi Lo Mismo, Capítulo 4.1, pág. 65
- ↑ 25,0 25,1 25,2 25,3 25,4 Helena Lozano Miralles, Decir Casi Lo Mismo, Nota a la versión Castellana, pág 6 [Editorial Lumen]
- ↑ Raphaël Sorin, Ainsi répondit l'Eco..., interview d'Umberto Eco, L'Express, 15 février 1996.