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La peseta fue la unidad monetaria en España desde su aprobación el 19 de octubre de 1868 hasta el 1 de enero de 1999, cuando se introdujo el euro. Siguió circulando hasta el 31 de diciembre de 2001 con la consideración legal de «fracción no decimal de euro» y después, provisionalmente, hasta el 28 de febrero de 2002.[1] El 1 de enero de ese año habían entrado en circulación las monedas y billetes de euro, con los que convivió durante dos meses.

Historia

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Peseta acuñada en Barcelona en 1837, durante el reinado de Isabel II.

La primera pieza que se acuñó con la inscripción pesetas fue una pieza acuñada en Barcelona de 2 1/2 pesetas, en 1808, durante la dominación napoleónica. La pieza correspondiente de peseta se acuñó el año 1809, año en que también fue acuñada la de 5 pesetas (del tamaño y peso de las de 8 reales), que funcionaron hasta el final de la Guerra de la Independencia Española. También se realizó una emisión esporádica de una moneda de 5 pesetas en Baleares en 1823.[2]

En 1939, el régimen de Francisco Franco retiró de la circulación las monedas de metales preciosos y acuñó monedas de peseta imitando el diseño del dinar yugoslavo; las monedas tenían valores de 5 y 10 cts, de aluminio (que se seguían llamando perra chica y perra gorda, aunque había cambiado la figura por un Cid), de 25 cts, 1 pta y 5 pta; más tarde también se añadieron una de 50 cts (1951) y otra de 2,5 pta (1954), que circuló relativamente poco. Estas monedas fueron fabricadas desde 1944 hasta 1982 y disfrutaron de curso legal hasta 1997. Hacia 1958, debido a la inflación, se pusieron en circulación monedas de mayor valor facial, como 25 y 50 pesetas, y posteriormente la de 100 pesetas de plata de 800 milésimas a partir de 1966.

A partir de 1982 las monedas de una peseta pasaron a fabricarse en aluminio para abaratar los costes de producción, aunque con las mismas dimensiones que las anteriores. En 1982 se pusieron en circulación la nueva moneda de 100 pesetas, más compacta y en material bronce-aluminio. Como novedades, también se pusieron nuevas monedas en circulación: en 1982 la moneda de 2 pesetas en aluminio, en 1983 la de 10 pesetas en cuproniquel, en 1986 la de 200 pesetas también en cuproniquel, y en 1987 la de 500 pesetas en material bronce-aluminio. Estas dos últimas monedas comienzan a sustituir a los billetes circulantes de ese valor, que a partir de esa fecha empiezan a ser retirados de circulación. En 1983 se descatalogó toda la moneda fraccionaria, de valor menor a una peseta, puesto que ya no eran aceptadas en el curso legal de la economía del país.

En 1997 fueron retiradas de la circulación las monedas de 1, 5, 25, 50 y 200 pesetas de diseño antiguo (Los diseños anteriores a 1989, que en algunos casos llevaban en circulación desde los años 40), así como las monedas de 100 pesetas de gran diámetro, poco conocidas debido a su escasa circulación. En sus últimos años de existencia, la peseta tenía tan poco valor (llegando a equivaler 200 pesetas a un dólar estadounidense) que la moneda de una peseta prácticamente había desaparecido de la circulación,[3] y la unidad monetaria en la práctica era el duro (5 pesetas).[4]

Los billetes emitidos en nuevas series siguieron teniendo estos mismos valores, hasta 1935. Debido a la devaluación de la peseta en aquellos años, y al temor de que el aumento en el precio de la plata pudiera producir la desaparición de las monedas de 5 pesetas (duros de plata) para ser vendidas como metal, se procedió en 1935 a emitir billetes de 5 y 10 pesetas, como «Certificado de Plata», siendo retiradas las monedas de plata de 5 pts. de la circulación.

Tras la recuperación de la economía española, las necesidades monetarias del país cambiaron. En 1974 ya había 700 millones de billetes en circulación, muchos de ellos de baja denominación, y en 1978 la cifra llegaba a mil millones. Pese a que la peseta había perdido valor, el billete de mayor valor seguía siendo el de 1.000 pesetas y eran necesarios muchos de estos billetes para pagos cotidianos.

Por este motivo, desde la década de 1970, se fueron retirando los billetes menores para ser sustituidos por nuevas denominaciones. La emisión del primer billete de 5.000 pesetas en 1976 fue la primera ocasión en más de un siglo en la que se ponía en circulación un billete superior a 1.000 pesetas. En 1979 se introdujo la penúltima serie de billetes de peseta, con un código de distintos colores para cada valor. La misma serie se completó con los billetes de 2.000 pesetas (1980) y 10.000 pesetas (1985). En 1982 cesó la impresión de billetes de 100 pesetas o inferiores, y 1987 dejaron de fabricarse billetes de 200 y 500 pesetas, empezando a circular monedas de estas cantidades.

Mil pesetas guineanas de 1969.

La única moneda actualmente en vigor que lleva el nombre de peseta es la moneda nacional de la República Árabe Saharaui Democrática, conocida como peseta saharaui. Esta unidad es equivalente al valor de las antiguas pesetas españolas, está de facto vinculada a la moneda única europea con una convertibilidad de 166,386 pesetas saharauis por euro. Esta moneda tiene carácter oficial solo de iure, pues no circula de forma efectiva entre la población, ya que en la zona ocupada por Marruecos la moneda en uso es el dirham marroquí, mientras que en la zona controlada por el Frente Polisario circula el dinar argelino. Aun así, se siguen emitiendo monedas de 1, 2, 5, 25 y 50 pesetas saharauis para uso común y piezas conmemorativas en varios valores, acuñadas en metales finos.

Existen dos posibles orígenes etimológicos del nombre de la divisa: uno indica que la palabra peseta procede del vocablo catalán peceta[5] ('piececita'), diminutivo de peça ('pieza'), nombre con que se conocía desde el siglo XV a algunas monedas de plata y que más tarde designó al real de a dos; el otro, recogido por la Real Academia Española, apunta que peseta es simplemente un diminutivo del vocablo peso,[6] nominación que recibía las antiguas monedas españolas de plata y de donde procede el nombre de las actuales unidades monetarias de diversos países americanos.[7]

Coloquialmente, la peseta ha recibido otros nombres, como pela, rubia, cala o incluso chufa, a menudo utilizados junto a cantidades grandes para indicar un precio excesivo. Ejemplo: «El ordenador me ha costado 150.000 pelas».

Las monedas y billetes de peseta tenían sus propios apodos: la moneda de 5 céntimos era llamada perra chica, la de 10 céntimos, perra gorda, y a la moneda de 25 céntimos se le daba la denominación de real. La moneda de 5 pesetas era conocida como duro, el billete de 100 pesetas simplemente como billete (la última emisión de billetes de 100 pesetas fue en 1970, y en 1982 fue sustituido por la moneda de 100 pesetas). El billete de 1.000 pesetas como talego o billete verde, y el de 5.000 pesetas era conocido como boniato.

Términos derivados

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Con la entrada del euro, se utilizaron las palabras pesetero o pesetista para referirse a las personas que no se han adaptado a la moneda única y hacen sus cálculos mentales en la antigua moneda,[8] caracterizados por su típica frase «¿Eso cuánto es?» cuando se les da un precio en euros. A fecha de 2012, se siguen exponiendo precios de venta en pesetas en muchos centros comerciales, y es común, aunque cada vez menos, oír a personas hablando de sus salarios y presupuestos en pesetas, especialmente cuando se trata de cantidades elevadas, hablando en millones sin especificar la moneda.

También se usa el término peseta, concordándolo en masculino (un peseta, el peseta) para referirse coloquialmente a los taxistas; uso que se mantiene pese al cambio de moneda.[9]

En Puerto Rico, actualmente toda la población de la isla le llama peseta a la moneda de 25 centavos de dólar estadounidense y vellón a las monedas de 5 centavos. Es de uso común en Cuba, principalmente por las personas de más edad, el término peseta para referirse a la moneda de 20 centavos de peso cubano, ya que 20 centavos conforman la quinta parte de 1 Peso, y 1 peseta es la quinta parte del antiguo peso fuerte.

En México, la palabra pesetista se refiere al PST, el Partido Socialista de los Trabajadores. El término peseta se siguió utilizando en México durante el siglo XIX para referirse a las monedas de plata en denominación de 2 reales y a las de 25 centavos, posteriormente, durante los años comprendidos de 1950 a 1953, se vuelven a acuñar monedas en esta última denominación y, de acuerdo a la tradición, volvieron a denominárseles pesetas.

Billetes de Peseta

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1970

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1982/1987

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Entre 1982 y 1987, el Banco de España emite una nueva serie, diseñado por José María Cruz Novillo, que fue grabado e impreso por la "Fábrica Nacional de Moneda y Timbre". Los objetivos del Banco de España fue capaz de reducir y estandarizar los billetes, modernizar su imagen y facilitar el procesamiento de la máquina de los billetes. Con respecto a los billetes antiguos, un nuevo tamaño y la implantación de un sistema homogéneo de 200 a 10.000 pesetas siguiendo la regla 1-2-5 y la introducción de la novedad, los valores de 200 y 2.000 pesetas.

Billetes serie 1979 a 1985
Denominación Rostro Color predominante Dimensiones Imagen del anverso Imagen del reverso
200 Pesetas Leopoldo Alas «Clarín» Naranja 65 x 120 mm
500 Pesetas Rosalía de Castro Azul 70 x 129 mm
1.000 Pesetas Benito Pérez Galdós Verde 75 x 138 mm
2.000 Pesetas Juan Ramón Jiménez Rojo 80 x 147 mm
5.000 Pesetas Juan Carlos I Marrón 85 x 156 mm
10.000 Pesetas Juan Carlos I Gris 74 x 154 mm

La serie de billetes de 1992

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En 1992, Banco de España emitió su última serie antes del inicio de la Euro. Fue creado en colaboración con el . Boletos de impresión de oficina alemana Fue realizado por el artista gráfico Reinhold Gerstetter y se imprime por la Fabrica nacional de moneda y timbre. El objetivo del Banco de España, la emisión de esta nueva serie fue el de fortalecer la seguridad a través textos microimpresos e impresiones codificadas visibles sólo con una lupa.

Esta serie de notas combina elementos artísticos españoles y estadounidenses para celebrar en 1992 el 500 aniversario del descubrimiento de América de Cristobal Colon

La série de billetes de 1992
Denominación Rostro Color predominante Dimensiones Imagen del anverso Imagen del reverso
1.000 Pesetas Hernán Cortés
Francisco Pizarro
Verde 65 x 130 mm
2.000 Pesetas José Celestino Mutis Rojo 78 x 158 mm
5.000 Pesetas Cristóbal Colón
Los Reyes catolicos
Marrón 71 x 146 mm
10.000 Pesetas Juan Carlos I
Jorge Juan
Gris 74 x 154 mm

Cambio

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Submúltiplos de la peseta

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  • El céntimo: una peseta estaba dividida en 100 céntimos. Las monedas fraccionarias de la peseta estuvieron en circulación hasta 1983,[10] cuando los céntimos dejaron de tener sentido práctico debido a las sucesivas devaluaciones de la peseta.
  • El real (real de vellón): la peseta también tenía múltiplos y submúltiplos utilizados coloquialmente. Una peseta se dividía en 4 reales de vellón, puesto que, al ser puesta en circulación, el valor de la peseta se fijó al de cuatro antiguos reales. Desde 1927, las monedas de 25 céntimos (un real) y más tarde, durante la época franquista, la de 50 céntimos (los dos reales) de 1951 eran fácilmente reconocibles por su agujero en el centro.
Una perra chica, moneda de 5 céntimos de 1870.
  • La perra chica y la perra gorda: durante el periodo en el que fueron de curso legal, las monedas de 5 y 10 céntimos eran popularmente conocidas como perra chica y perra gorda, respectivamente. El motivo es el león que aparecía en las primeras emisiones de estas monedas, que el pueblo confundió con un perro.
Este apodo de las monedas dio origen a la frase proverbial «Para ti la perra gorda», utilizado para denotar avaricia o testarudez en la persona a la que se le habla, zanjando así la discusión.

Múltiplos de la peseta

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  • El duro: un duro eran cinco pesetas. Este duro era el antiguo peso fuerte o peso duro de 20 reales de vellón.
    En las últimas décadas de existencia de la peseta, era habitual ver a personas con gran destreza para manejar las cantidades económicas en duros, es decir, en vez de 100.000 pesetas usaban 20.000 duros, en vez de 150.000 pesetas, 30.000 duros. Los niños también solían hacer sus cuentas en duros, al ser esta la moneda de menor valor en la práctica. Siendo así muy populares las monedas de 5 duros (25 pesetas) y las de 20 duros (100 pesetas).
  • El kilo: popularmente se designaba como kilo al millón de pesetas puesto que los mil billetes de 1.000 pesetas, necesarios para el millón (cuando el billete más grande en circulación era de este valor), pesaban alrededor de un kilogramo.[11] Este vocablo era muy utilizado en los últimos años de circulación de la peseta, debido al escaso valor de la unidad de moneda y la gran cantidad de pesetas necesarias para hacer cálculos con precios de artículos de coste alto, como viviendas o automóviles. El término no ha caído en desuso por la desaparición de la peseta. Hoy en día, pese a que hace años que entró en circulación el euro, se ven muchos anuncios de venta de viviendas con el precio expresado en kilos (millones de pesetas).[12] Ocasionalmente, el vocablo kilo se utiliza para referirse al millón de euros, siendo ampliamente utilizado por la prensa deportiva.[13]
  • El talego: es la forma en la que se conocía, aunque sólo de forma popular y no reconocida oficialmente por organismo alguno, al billete de 1.000 pesetas. Incluso hoy en día se puede oír referirse de esta forma al billete de 5 euros, dado que es el que tiene una mayor equivalencia al antiguo de 1.000 pesetas (5 EUR = 832 pesetas).


Bibliografía

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  • Miguel Martorell (2001). Historia de la peseta. 'La España contemporánea vista a través de su moneda, Barcelona, Planeta, ISBN 84-08-04087-1.

Referencias

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  1. Cuando se cambió al euro, aparecían con frecuencia noticias que hablaban de la "devaluada peseta", pero no es tan cierto: en 1868 se fundó la Unión monetaria latina, en la que varias monedas hicieron algo semejante al actual euro: tener el mismo valor, pero conservando su nombre. La Unión duró hasta 1927, aunque desde la Primera Guerra Mundial, ya no funcionaba correctamente. De todos modos, es interesante conocer que, el valor de esas monedas que nacieron iguales, cuando entró en vigor el euro, al cabo de 130 años, y relacionadas con el franco suizo, valían: 1 franco suizo igual a 26,03 francos belgas, 1249,21 liras italianas, 107,35 pesetas, 219,84 dracmas griegas y 423,20 francos franceses antiguos (en 1960, 100 francos fueron convertidos en lo que se llamó el franco nuevo, NF), lo que refleja que la peseta no estaba tan devaluada comparada con las demás.
  2. Aledón, José María. Historia de la peseta. Valencia: Real Casa de la Moneda – Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, 2001. 
  3. , <http://www.elpais.com/articulo/economia/SOLBES/_PEDRO_/PSOE_/_COMISARIO_EUROPEO/GURRIA/_JOSE_ANGEL_/MINISTRO_DE_ECONOMIA_MEXICANO/dolar/supera/200/pesetas/elpepieco/20001026elpepieco_12/Tes>
  4. , <http://www.lasemana.es/afondo/afondo.php?cod=79>
  5. Fuente: Gran Diccionari de la Llengua Catalana
  6. Diccionario de la lengua española peseta
  7. Diccionario de la lengua española peso
  8. , <http://www.ua.es/dossierprensa/2002/03/01/7.html>
  9. Torres, Noelia «‘Siga a... esos taxistas’». diariodealcala.es, 03-03-2010 [Consulta: 8 març 2012].
  10. Real Decreto 1808/1983, de 20 de abril. Moneda metálica. Retirada de la circulación de la moneda de cincuenta céntimos
  11. Diccionario de la Lengua Española – Vigésima segunda edición
  12. , <http://www.abc.es/hemeroteca/historico-29-04-2005/abc/Deportes/malote-se-rie-hasta-de-su-sombra_202148535754.html>
  13. , <http://www.marca.com/primeras/08/05/0529.html>